top of page

     Uno de los más antiguos sueños de la humanidad ha sido el de disponer de un idioma común en el que todos podamos entendernos. A lo largo de la historia han sido centenares los proyectos lingüísticos creados por eruditos y científicos para alcanzar este sueño. A mediados del siglo XIX todo este panorama cambió, cuando el sacerdote alemán Johann Martin Schleyer dio a conocer un proyecto de idioma mundial con el nombre de Volapük (la lengua del pueblo). A pesar de que se trataba de una lengua muy complicada de aprender en sus primeros años, desde 1879 hasta 1888, este nuevo idioma alcanzó un importante número de hablantes, así como prensa escrita y algunos libros originales y traducidos. Sin embargo, su complicada gramática, así como la actitud autocrática de su autor, quien se reconocía a sí mismo como el único con derecho a realizar cambios en el idioma, provocó que, poco a poco, el volapük fuera desapareciendo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

babel.jpg

En algunas culturas, como en la judeo-cristiana, la falta de comprensión por la inexistencia de un idioma común es contemplada casi como un castigo divino.

     En el año 1887 un médico polaco de cultura rusa, el Dr. Lejzer Zamenhof, dio a conocer en un modesto folleto su proyecto de lengua internacional, el cual realmente nació sin nombre, se trataba tan de la Lingvo Internacia de la Doktoro Esperanto (Lengua Internacional del Doctor Esperanzado). En el seudónimo utilizado por su autor -Esperanto- el creador del nuevo idioma mostraba su deseo de que la nueva lengua sirviera como instrumento para la comunicación y unión entre todos los pueblos y personas. La mayoría de los todavía hablantes del volapük, así como otro gran número de interesados, acogieron favorablemente el nuevo idioma, que era fácil de aprender y contaba con un vocabulario fácilmente reconocible. Poco a poco este nuevo idioma comenzó a ser conocido como Esperanto

 

zam.jpg

Dr. Lejzer Zamenhof

1859 - 1917

     A los pocos años de la aparición del nuevo idioma eran miles los hablantes, decenas las publicaciones periódicas, así como los clubes que en todo el mundo iban surgiendo para agrupar a los esperantistas. En Andalucía el pequeño grupo de volapukistas de Málaga, presididos por el maestro José Rodríguez Huertas, empezó a difundir el nuevo idioma y así, en el año 1890 se convirtió en el primer grupo esperantista en España y en el quinto a nivel mundial. En ese mismo año se publicó en Málaga la primera gramática del idioma del Dr. Esperanto para hispano-parlantes, había comenzado la difusión del idioma internacional en Andalucía. Desde entonces y hasta nuestros días el idioma esperanto se ha convertido en el más serio intento de lengua elaborada capaz de conseguir la comunicación entre personas de distintas lenguas, culturas y continentes desde una posición neutral.

     Para seguir conociendo la realidad del idioma internacional esperanto:

                       

bottom of page